«El alcohol es una
forma de vida, ¡el alcohol es mi forma de vida! ¡Y va a seguir siéndola!».
Homer Simpson.
Los Simpson. ¿Qué más se puede decir de ellos? ¿Qué sentido tiene
repasar a estas alturas la historia de la serie u ojear de nuevo cuando todos
hemos crecido viendo a esta extravagante familia amarilla y las desventuras que
les pasaban?
Todos hemos sido testigos de la primera palabra de Lisa, de las
aventuras de Homer y Bart en Tokio, de la aparición del Pequeño Ayudante de
Santa Claus, de la prohibición del alcohol en Springfield, del fracaso de
MENSA, de la mudanza de la familia a Cypress Creek, la muerte de Maude, del
avistamiento extraterrestre de Homer un viernes por la noche o el futuro de
aquella telenovela… con erótico resultado. Todos esos momentos y más han
quedado grabados en nuestras mentes y han sido fuente tanto de risas como de
los más tiernos momentos, todo mezclado equilibradamente para compensar unas
cosas con otras para no forzar el humor ni provocar la hepatitis.
Teniendo esto en cuenta, no es de extrañar que esta serie a día de hoy
vaya por su vigésimo quinta temporada y son pocas probabilidades de ir a
acabar.
Sin embargo, de un tiempo a esta parte la serie ha ido decayendo en
calidad de una forma alarmante. Esto es innegable, y no me refiero a un humor
quemado o una fórmula vieja, sino a auténticas traiciones al material original,
tramas repetidas o recicladas hasta la saciedad, argumentos absurdos o
totalmente desagradables tratándose de esta misma serie, legiones de cameos
innecesarios, pérdida del sentido crítico y ácido en pos de una parodia de
medio pelo que o se basa en la exageración de algo real hasta el punto de
perder ese contacto con la realidad o al insulto directo (eso sí, cambiando
SIEMPRE una letra de los nombres reales para que se note que «hez umor xdd.
pero no te rayes. tas rayao?»), recurrencia excesiva de chistes de gays, etc.
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¡Mirad, si es Steve Mobs, el presidente de Mapple! |
De hecho, existe todo un manifiesto con libro incluido en el que se
desgaja la decadencia del programa temporada a temporada y contrasta lo que
fueron los argumentos originales con los de las última temporadas, sosteniendo
que la serie «está muerta» y acuñando por ello el nombre de Zombie Simpsons para diferenciarlo de Los Simpson originales. Yo personalmente lo recomiendo leer porque
no tiene desperdicio: es un estudio completo y crítico con el que estoy muy de
acuerdo y que además incluye reacciones ante episodios nuevos, reseñas de los
mismos, comparaciones y contrastes entre episodios viejos y nuevos, citas
célebres más allá de la del dinosaurio y hasta un registro de la influencia de la serie en
el mundo actual.
Existiendo esto, no me voy a meter a redundar sobre cómo ha descendido
la calidad de la serie en términos generales y por qué (eso lo dejo para
cuando no me queden más ideas), pero sí que voy a hacer otra cosa: debido
a que soy un parado con mucho tiempo libre llevo un tiempo revisionando la
serie entera desde sus inicios hasta las últimas temporadas… y no me han
gustado. Me han hecho reflexionar y soy un friki cabreado, así que esta nueva
sección la dedicaré a reseñar LO PEOR que ha podido dar jamás esta serie, desde
temporadas enteras o baterías de capítulos hasta determinadas temáticas. ASÍ
QUE AGÁRRENSE PORQUE SE PONE MOVIDA LA COSA. Y nada mejor (o tal vez peor) para
empezar esa nueva sección que adelantarme a nuestros queridos proveedores de
violencia gratuita esta no-tan-maravillosa serie que adelantarme a ellos y
hablar del primer capítulo de la siguiente temporada: la temporada 24. Y denme las gracias a que no empiece a spoilear de la 25 porque TELA.
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Ojalá pudiera decir que me lo he inventado... |
Si hay dos cosas que se deban saber de Zombie Simpsons (sí, adoptaré este término yo también para hacer más
fáciles las diferenciaciones entre la serie «nueva» y la «vieja») es que las
premisas para los episodios no son la base desde la que se parte para
realizarlos sino que SON el episodio y que absolutamente todas las premisas
vienen a reciclar de una forma u otra tramas de Los Simpson. Por ejemplo, las dos premisas de este capítulo en
concreto van de los amores de Bart y que la familia viaja de nuevo a Nueva
York.
El capítulo empieza con una bronca entre Bart y Lisa que provoca que el
primero eche de menos a sus amores, ante los que se arrastra de nuevo para que
le den una nueva oportunidad hasta que no le queda otra que volver a intentarlo
con Mary Spuckler (tal vez la recuerden como la prometida forzosa de Bart en el
episodio Apocalypse Cow o, en otras palabras, una
chica a la que Bart le caía bien pero con la que jamás mantuvo un instante
romántico), pero ésta resulta que ahora vive en Nueva York. ¿Significa eso un
problema para la familia y en especial para Homer, quien en sus dos últimas
visitas vivió poco menos que un infierno en cada una? ¡EN ABSOLUTO! ¡Porque
todos los miembros de la casa están ENCANTADÍSIMOS de regresar y hasta Homer ya
tenía un absurdo plan preparado para alquilar una casa allí por si hacía falta!
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Pocas cosas son más Simpson que Homer ilusionado por estar en Nueva York. |
A partir de aquí el argumento se divide en Bart y Mary compartiendo
momentos medianamente románticos que incluyen a un montón de desconocidos y
famosos participando en un improvisado número musical y Lisa y Marge aprovechando
para hacer cosas culturales. ¿Homer? Ahí tranquilito acompañando a su hijo,
¿por? No sé, me preguntan como si le fuera a pasar algo o si no le gustase el
sitio por alguna mala experiencia.
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El sueño de Marge siempre fue ser una espectadora de Broadway. Lástima que no haya podido realizarlo hasta la fecha... |
Volviendo a Bart y a Mary, el corto intento de romance (otra aclaración,
Zombie Simpsons no es capaz de
distinguir entre un romance y dos amigos que no se ven desde hace mucho
poniéndose al día. Lo digo porque a lo mejor el significado de la palabra puede
variar) se rompe cuando Cletus aparece para llevarse a su hija de vuelta a
Springfield, por lo que Bart tendrá que ayudar a escapar a Mary terminando así
el capítulo con ella huyendo en tren. La familia vuelve a casa y nadie aprende
nada, ni siquiera Bart, cuya moraleja ha sido la perogrullada de que hasta él
puede enamorar a las chicas. Porque claro, hasta ahora nunca ha tenido un
mísero capítulo en el que él y otra chica se enamoraban… ¿Que el resultado de
este «romance» es un poco más esperanzador? Puede. Pero todos sabemos que él se
acabará enrollando con una tal Jenda, con la que se casará y tendrá dos hijos (aunque
aparentemente morirá sin haber conocido el amor verdadero hasta justo un minuto
exacto antes de morir), así que en realidad todo el discurso de «hasta yo
puedo gustarle a las chicas» carece de sentido.
¿Qué ha pasado con este episodio? Pues a decir verdad, no ha sido algo
que se pueda considerar realmente como LO PEOR que ha hecho esta serie nunca,
pero sí es un episodio muy vacío, ñoño y muy malo.
De hecho, si tuviera que destacar algo sería toda la primera parte del
capítulo, pues no es más que una sucesión de situaciones crueles y totalmente
desagradables convertidas en chistes de mal gusto explicados hasta en cuatro
ocasiones por si somos cortitos y no entendemos lo que vemos. Toda la primera
escena trata de una carrera automovilística por la ciudad tan mal trazada que
se topa con una zona de obras, se cruza con una carrera ciclista que pasa en
dirección contraria y con partes sin señalizar que hacen que otros conductores
ajenos a la carrera entren al área.
Todo eso que podría haber metido algún que otro chiste sobre la
incompetencia de la alcaldía sobre el caos que se ha formado (como por ejemplo
lo que sucedió durante el Día de Haz lo que te dé la gana en el capítulo El niño que hay en Bart) no
se convierte más que en una sucesión de escenas de ciclistas siendo
atropellados, un quitanieves arrastrando las montañas de chatarra para que no
estorben y cuatro explicaciones distintas de por qué la carrera ha sido mal
trazada (por las obras, por la vuelta ciclista que transcurre en dirección
contraria, porque la familia Simpson intenta cruzar una carretera atestada de
coches deportivos sin señales o muros a la vista y porque lo dice el propio
alcalde por si aún no nos habíamos dado cuenta).
Pero la cosa no acaba ahí, pues Zombie
Simpsons sabe que la gracia de la serie no proviene de la sátira ácida o de
las posibilidades del humor negro sino de un personaje matando sin pestañear a
gente herida: esa misma noche se celebra un baile y entre los escombros se
puede oír a gente atrapada haciendo ruido para que les rescaten, a lo que el
jefe Wiggum reacciona electrificando la chatarra con un táser «para que dejen
de hacer ruido» (palabras textuales).
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A partir de ahora quiero que os acordéis de esto cada vez que penséis en el jefe Wiggum. |
Y quiero que piensen bien en esto porque esto no es humor, no es un
chiste, no es una broma. No es humor negro sino una escena que es grotesca por
ser grotesca: hay gente atrapada en un ovillo de metales retorcidos, gente que
está pidiendo ayuda, gente que está tan débil que tiene que golpear los
escombros para que se les oiga porque no pueden gritar… y el jefe de policía,
el que antes fuera representado como un torpe pero bonachón (corrupto, sí, pero
bonachón), electrifica los hierros egoístamente. Repito, no hay chiste, es
grotesco, es feo, está incluso fuera del personaje, es Wiggum matando
presumiblemente a un grupo de gente (obviamente no se les ve morir pero poca
gente creo que puede sobrevivir a quedarse atrapada bajo un montón de chatarra
retorcida con la suficiente fuerza como para dar unos leves toques para anunciar
que está viva y sobrevivir a una descarga eléctrica).
Yo soy una persona que adora el humor negro, es uno de mis humores
favoritos, pero me gusta cuando hay humor. Esto no es humor negro siquiera,
esto es el equivalente en serie de televisión a los niñatos que se creen
artistas del humor negro por poner en su Twitter fotos de cadáveres destrozados
o escenas de perversiones sexuales, es el equivalente simpsoniano a todos esos «nazis
tuiteros» que lo son porque alguna vez han puesto alguna foto de Hitler en sus
perfiles. ¡sí, esa misma panda de malotes! Y es algo que realmente quiero
señalar porque es perturbador en muchos niveles, realmente dejé de prestarle
atención al resto del episodio la primera vez que lo vi por lo mucho que me
molestó.
¿Pero quieren saber qué es lo peor del asunto? Que Moonshine River, a pesar de todo, no es ni de lejos LO PEOR que ha
dado Zombie Simpsons, ni siquiera en
lo que a esta temporada se refiere (y créanme si les digo que la temporada 24
es mala hasta para los estándares de Zombie
Simpsons).
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Y recuerda, eres Zombie Simpson. |
Esto es el comienzo de todo lo que está por llegar, esto es una
declaración de intenciones. Esto es la introducción y la primera parte de Lo peor de Los Simpson.
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