«El fanatismo, venga de donde venga, acaba con todo».
Santiago Posteguillo.
Al igual que un molesto herpes que sale en la parte más visible de la
boca justo antes de que tengas una cita, vuelve una vez más Reflexiones de un Friki Cabreado a levantar escozores, ampollas y
pústulas entre el gentío. Esta vez hablando de la nueva moda asquerosa de turno que amenaza
para quedarse (lo que dure la
moda, claro) y dar el coñazo
todo lo que pueda y más: Pokémon
Go.
Si ustedes son de esos afortunados que han estado viviendo fuera de las redes sociales debajo de una roca y no saben lo que
es, CUÁNTO LES ENVIDIO Pokémon Go es una aplicación móvil por la que uno
puede salir a la calle a cazar bichos con la cámara del smartphone y ser el
mayor autista coleccionista de pokemones del mundo
mundial.
El juego de momento es gratis para jugar y es accesible a todo aquel que no
tenga una patata tecnológica. Por el contrario, los servidores se caen cada dos
por tres, las funciones que requiere drenan las baterías de los teléfonos como
los murcianos el agua manchega y la obtención y entrenamiento de los bichos
está convirtiéndose en una competición más de suerte y picaresca que de
habilidad o seguir las reglas. Pero bueno, esas son las típicas cosas que se
pueden esperar de una aplicación para el móvil y algo tan influyente como es Pokémon. Y para bien o para mal,
me da igual.
Socialmente, a las buenas, se trata de la realización del sueño de la infancia
de mucha gente que creció con el fenómeno que supuso esta franquicia y de hacer
realidad las insistentes increpaciones de los padres de antaño del «a veh si
saleh a la calle que ehtáj to’l día con la maquinita». ¡E incluso se comenta
que hay gente con la que se puede socializar con esto! Por el interés, ojo,
pero socializar. Y a las malas el ordeñe de una franquicia incapaz de morir
mediante la atávica nostalgia de los niño-hombres más inmaduros.
Y personalmente, qué quieren que les diga: me da del todo igual. No es una cosa
que me llame, no es una cosa en la que gastaría un segundo de mi tiempo y
aborrezco lo suficiente los pokemones como para que la sola mención al objetivo
del asunto me repela. E igualmente, podría morir de deshidratación de lo mucho
que me suda la polla cuando veo a alguien jugar o pasárselo bien al respecto.
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No será la panacea, pero sí reconozco que muchos habríamos hecho LO INNOMBRABLE por haber tenido algo así de pequeños. |
Sin embargo, hay una cosa que me repatea y que tengo que ver en redes sociales, principalmente Twitter, día sí y día también. Una cosa tan tóxica, dañina y obsesiva que siento mis neuronas y mi paciencia morir cada vez que veo una mención al asunto: el fandom.
El fandom de Pokémon Go,
para que me entiendan ustedes, viene a ser la cosa más tóxica, sectaria,
violenta y recalcitrante desde el fandom de Harry
Potter. Gente que ha convertido una aplicación para pasar el rato
alimentándose de la asquerosa nostalgia en una mezquina competición de egos
rotos y complejitos que tapar de la forma más barata posible.
«¡Pero Friki Enfurruñado, es que no te gusta que la gente se lo pase bien con
algo que les gusta y a ti no! ¡Eres un hater! ¡Policía de la diversión!». Este
argumento tan putifanístico es falso. MUY falso. Tan falso como la supuesta
integridad de alguien que se haya sacado la carrera de Periodismo por la
Complutense. Y para rebatir semejante ad
hominem soplapollez, volveré
a repetir una cosita y a ponerla en negrita y subrayados a ver si eso consigue
atravesar la barrera de su ceguera: yo
no tengo NINGÚN PROBLEMA con
que la gente se lo pase bien con esto, no tengo NINGÚN PROBLEMA con que la peña suba memes y no tengo NINGÚN PROBLEMA con lo que cada uno decida invertir
su tiempo y su dinero. Por mí como si todos ustedes, queridos
seguidores y putifans de este «juego» cogen, van a las oficinas de Niantic y
hacen cola para succionarles las gónadas con fruicción a todos y cada uno de
los empleados que participaron en la creación y desarrollo de Pokémon Go.
Sin embargo, LO QUE NO ES DE RECIBO es encontrarse todos los días una
competición absurda de vanidades, de ver quién tiene los cojones más gordos a
costa de insultar al de al lado; todo reflejado en una timeline de Twitter
literalmente PETADA. Porque da igual lo que hayamos crecido en edad, mucha
gente sigue siendo igual de inmadura que en los primeros años del colegio. Y
esta moda lo demuestra: habéis convertido un pasatiempo en un «a ver
quién mea más lejos y tonto el que no comparta lo que a nosotros nos gusta».
¿Lo gracioso del asunto? Es que tres colores. ¡Tres simples colores! Han sido
motivo más que suficiente para una continua fuente de salseos, impertinencias y
demás infantilidades.
Como sabrán a estas alturas (y si no lo saben, ya estoy yo para informarles), Pokémon Go segrega a los jugadores según tres
colores a los que cada uno deba elegir enlazar a su perfil. Y a esos colores,
rojo, azul y amarillo, las cabezas pensantes de Niantic decidieron ponerles los
rimbombantes nombres de «Equipo Valor», «Equipo Sabiduría» y «Equipo Instinto».
Sin embargo, más allá de los cursis nombres, los «equipos» no dejan de ser un
«ponte el color que más te guste». Pero como no podía ser de otra forma, las
cabezas no-pensantes de turno decidieron tomarse en serio los nombres de marras
y sentirse «identificados» por unas palabras que de por sí están totalmente
vacías.
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¿Quién murió y dejó al mando a Usuario de internet #ZX-38923038629 ser el portavoz del fandom y decir a todo el mundo cómo se debe saludar a otros equipos? |
A partir de ese momento, raro es el día en los que uno no pueda encontrarse con
discusiones que van de «mi Equipo X es mejor que el vuestro» al «es que los del
Equipo Y son tontos y los del Equipo Z somos los listos» pasando por toda una
recolección de todos los insultos que pueda haber llegado a conocer la RAE.
Porque al parecer lo único que nos ha traído la edad ha sido la libertad de
llamar de todo a todos sin que nadie reciba una colleja por ello. Y oye, quien
se quiera matar por unos simples colores, que se mate. «Selección Natural», se
llama. Igual que con todos los accidentes causados porque el tonto de turno no
miraba donde iba ya que estaba más preocupado de cazar al enésimo Pidgey que de
que estaba en medio de la carretera.
Aquí es donde entran las cuñadeces, las soberbias, las pretenciosidades, las
hipocresías, las traiciones y todos esos rasgos que más odio en el ser humano,
todos ellos de la mano de tres colores. Porque está visto que en ni en internet
ni en ningún sitio podemos tener ya cosas bonitas o ser seguidores de algo sin
tener que insultar al de al lado o compararnos con él: el Equipo Valor está
lleno de cobardes que insultan detrás de la pantalla de un ordenador, el Equipo
Sabiduría lleno de ignorantes y demás incompetentes y el Equipo Instinto de
auténticos energúmenos con los sentidos más dormidos que un oso perezoso.
Y podrían llamar a los equipos de otra forma. Podrían llamarlos «Manos», «Pies»
y «Esternocleidomastoideo»; «Carne», «Verduras» y «Pescado»; «Glande», «Prepucio»
y «Testículos» o «Tontos», «Idiotas» y «Estúpidos», ¡pero daría del todo igual!
Porque las riñas siempre seguirán ahí.
¿Pero sabéis qué es lo gracioso? ¿Queréis saber qué representan estos equipos en verdad? Estos equipos no representan literalmente NADA. Como mucho a una panda de niñatos que se pelean por ver quién es el más pedante de todo el rebaño. Punto. Y si vuestros egos están tan rotos como para tener que compensar faltas afectivas mediante la caza de bichejos virtuales, os ponéis una tirita u os vais a un psicólogo.
Pero eso sí, si os insultáis entre vosotros por los equipos a los que pertenecéis, está bien. Si luego el resto del mundo hace lo mismo con sus equipos de fútbol, es que son tontos. La coherencia SE HACE NOTAR.
¿Pero sabéis qué es lo gracioso? ¿Queréis saber qué representan estos equipos en verdad? Estos equipos no representan literalmente NADA. Como mucho a una panda de niñatos que se pelean por ver quién es el más pedante de todo el rebaño. Punto. Y si vuestros egos están tan rotos como para tener que compensar faltas afectivas mediante la caza de bichejos virtuales, os ponéis una tirita u os vais a un psicólogo.
Pero eso sí, si os insultáis entre vosotros por los equipos a los que pertenecéis, está bien. Si luego el resto del mundo hace lo mismo con sus equipos de fútbol, es que son tontos. La coherencia SE HACE NOTAR.
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«hes jrasioso poke los yaman retarazados xDxDxD». |
Porque esa, y no nos vamos a salir del tema de los complejitos, es otra. Ya
que, como no podía ser de otra forma, cada vez que surge una moda siempre
tienen que aparecer los típicos acomplejados necesitados de casito y atención a
quienes les falta tiempo para crearse mil y una cuentas con las que soltar
improperios, hacerse los graciosos, robar memes y ganar famita de forma rápida
sin necesidad de tener talento para nada. ¡Parasitar en internet es así
de fácil, barato y sencillo! ¡Sin tarjetas de crédito! ¡SIN MIERDAS!
Así que, sin comerlo ni beberlo, tenemos una nueva oleada de supuestos «líderes
de opinión», «humoristas» y «creadores» de memes que, como son incapaces de
fabricar nada o hacer nada provechoso por el género humano (lo cual, irónicamente, podría
proporcionarles esa famita de la que están tan hambrientos y por un motivo
completamente legítimo) nos
llenan timelines e interacciones a partes iguales de chistes sin gracia,
salseos absurdos y memes robados en pos del más burdo pandering a una fanbase
que hace mucho se convirtió en una literal secta.
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Luego están los que, en su desesperación por obtener atención y famita, se inventan que les han denunciado a ver si así alguien les hace caso. |
¡Oh! ¡Pero vayámonos ahora a la otra cara de la moneda del fandom! ¡Vayámonos
al anti-fandom! ¡A los haters! ¡Al grupo en el que automáticamente se me mete a mí solo por no gustarme una parte EXTERNA al producto y con el que tampoco me siento identificado! Pero esta vez a los haters de verdad, a la gente a la
que sí le jode ver a la chavalada y no tan chavalada pasándoselo bien con los
pokémon. Porque si yo detesto de por sí el sectarismo y la falta de criterio de unos,
mucho más asco me dan el cuñadismo y la superioridad moral de los otros.
Y si algo ha traído el lado hater de Pokémon
Go ha sido una oleada de
cuñados y clasistas sociales armados con el poder de la falacia rápida y una
build de frase lapidaria + golpe en la mesa x1000.
En primer lugar, gente MANDANDO leer a Dostoievski, Bukowski y otros Grandes de
la Literatura™ para que los chavales dejen de jugar y
así demostrar de paso su excelsa cultura. Porque todos sabemos que el acto
humano de la lectura nos hace seres superiores, auténticos übermensch por
encima del bien y del mal. Porque no es que el leer sea lo que literalmente
cualquier persona no analfabeta puede hacer, sino que es una habilidad exclusiva
de estos SEMIDIOSES del pensamiento. Porque no es que se puedan hacer ambas
cosas, no, sino que es o una cosa o la otra: ignorantes o culturetas; el terror
o nosotros. ¡Claro que sí!
Y sin embargo, a pesar de tanta cultura de la que presumen, esa misma gente que
tanto manda leer a los Grandes de la Literatura™,
o demuestran que no están por encima de enormes acomplejamientos, o
directamente no habrán tocado ninguno de esos libros que tanto recomiendan
forzosamente en sus vidas. Porque a estas alturas de internet ya nos conocemos.
No obstante, si hay un tipo de hater del Pokémon Go que me haya molado, es el
Gañán Salvapatrias: una digievolución del cuñao típico del bar incapaz de ver a
gente disfrutar de nada y odia la cosa solo por ser la nueva moda joven de
turno. ¡Y vaya un momento que ha tenido para aparecer!
Hace ya un tiempo desde que escribo esta entrada, en Madrid se celebró una
pokequedada, es decir, una quedada multitudinaria de usuarios de Pokémon Go para pasear por toda la ciudad en
busca de los bicharracos de turno. Y lo que podría haber sido una cosa que pasó
sin pena ni gloria para los que no nos interesa el tema en absoluto no tardó en
convertirse en un Festival del Cuñadismo. En menos que canta un gallo, todos
los bocachanclas de turno, salvapatrias canosos, cruzados de la moral,
culturetas de internet y demás iluminados llenos de ínfulas sacaron las
falacias correspondientes para llenar de mierda el evento con tal de demostrar tanto
sus planos superiores de existencia moral como lo únicos y especiales que son
con respecto al Rebaño™.
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«La gente que juega a Pokémon Go son todos un rebaño de borregos, no como yo, que soy único y diferente a los demás». |
De las perlitas más conocidas, aparte de las típicas
ilustraciones alarmista y demagogas que siempre aparecen, destacan falacias del
falso dilema de la talla de «los
jóvenes de ahora solo salen para capturar pokémon pero no a manifestarse por su
futuro». ¡Claro, amigos, claro! ¡Porque no es que los jóvenes no se hayan manifestado ya por su futuro! ¡Sino que, de nuevo, una cosa SIEMPRE va a
ser incompatible con la otra! ¡Porque los jóvenes no tienen derecho a salir más
allá que para manifestarse! ¡Con dos cojones!
Recordemos que esto de manifestarse y protestar por cómo de mal está el
país es cosa de los jóvenes, quienes tienen la OBLIGACIÓN de hacerlo. Porque
hay una ley por la que a partir de una edad determinada el derecho a protesta
se pierde y los demás no pueden hacer otra cosa que arreglar el país desde la
barra del bar, poniendo la rodaja de chorizo en el sobre electoral o
directamente volviendo a votar al PP (o en su caso a Ciudadanos) para que no vengan los rojos todo siga igual y ya de paso que se
jodan los jóvenes protesten o no.
¡Pero eso sí! Cuando toda esta misma gente se reúne para celebrar ER FÚRBO o a
ver cómo convierten a un toro en un colador, ahí no se puede decir nada porque
eh, PATATAS CON BEICON. ¡Nosotros llegamos antes y vosotros os jodéis!
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«Los jóvenes hoy en día salen a la calle a cazar pokemones pero no a manifestarse por lo que importa. No como yo, que arreglo el mundo una vez por cada golpe en la barra». |
Y hablando de «nosotros llegamos antes y vosotros os jodéis», ¡cómo vamos a olvidarnos de Los Repartecarnés! Ya saben: todos los
energúmenos que se las dan de TRVES de algo porque «antes a los frikis nos
perseguían en el colegio», «si no tienes una letra escarlata en la frente por
gustarte Pokémon no tienes derecho a que te guste» y «es que ahora lo han
casualizado todo tanto que se nos ha llenado de posers».
¿Qué puedo decir que no haya dicho en una entrada anterior con motivo de las
chuminadas que hay que aguantar todos los años con el Día del Orgullo Friki? Que hay que ser
PATÉTICO para dedicarte a repartir carnés de algo sin ser nadie en la vida,
sobre todo si se trata de algo tan insignificante como un gusto o una moda.
¡Dedícate mejor a solucionar tus problemas emocionales antes de meterte en la
vida de otra gente!
Pero en fin, al grano y resumiendo que es gerundio: Pokémon Go es una moda odiosa que acabará
pasándose rápidamente de la misma forma que ya nadie se acuerda de gilipolleces
de la magnitud de Twitch Plays Pokémon. Y aunque yo
no tenga nada tal cual en contra de la aplicación misma o quién la use o para
qué, sí es cierto que ambas caras de la moneda de su seguimiento son igual de
ODIOSAS tanto por su sectarismo y por su agresividad.
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Los gráficos habrán cambiado pero el autismo sigue siendo el mismo. |
¿En cuanto a mí? Yo no me pongo en el bando de nadie, ni de los que lo aman ni
de los que lo odian. Lo único que quiero es que desaparezca ya la modita para
que se me deje de dar el coñazo. Porque en ningún lugar de las especificaciones
del producto viene nada con respecto a fanatismos ni guerras santas, ya sea
hacia los unos o hacia los otros, de la misma forma que no es la cura para la
cantidad de complejitos que mucha gente ha acabado sacando a la luz con esto.
Joder, yo en mi Twitter subo las cosas que a mí me gustan y de las que soy
seguidor y no me meto a decirle a ninguna otra persona en lo que debe o no debe
hacer, mucho menos si es mejor o peor por tener unas aficiones determinadas
(nota: yo no digo que los fans del Undertale no sean personas, ellos sabrán lo que
son).
Y al igual que yo no soy quien para decidir los gustos de nadie, nadie es quién
para condenar lo que me guste o lo que me deje de gustar. La diferencia radica
en que yo no voy buscando guerras santas sobre qué gallina de los huevos de oro
es más sagrada, de la misma forma que si alguien está en su derecho de gustarle
algo y expresarlo, yo estoy en mi mismo derecho de que NO me guste ese mismo
algo y expresarlo también. Todo eso por no mencionar que, al menos a mí, no me pagan por defender a muerte algo que me gusta cuando veo a alguien hablar mal de ello, de modo que tampoco me dedico a proteger a capa y espada nada poniendo palabras que nadie ha dicho en boca de dicha gente o increpando a nadie por ser «un policía de la diversión».
Y si hay alguien que por esto vaya a tirar una relación o una amistad por la
borda, que no me eche a mí la culpa (a mí o al objetivo a censurar de turno, que me menciono aquí a mí mismo porque realmente ME HA PASADO y me he visto censurado y atacado por esta gilipollez),
pues el Pokémon Go en esto en verdad no es más que el
catalizador de cómo ha sido desde siempre la persona que está dispuesta a
censurar y rechazar a otros cuando los intereses de los demás no confluyen con los suyos propios.
Porque yo tengo amigos que juegan al Pokémon
Go que si no me dicen ellos
que juegan yo ni me acuerdo de que lo hacen debido a que son lo suficientemente
maduros como para no dar el coñazo; al igual que tengo a gente que viene,
publica sus memes o sus últimas capturas y lo dejan ahí en vez de quemar el
asunto. Y NUNCA ha habido problemas con esa gente, de modo que tal vez el
problema radique en los que hayan convertido esta modita en una competición
absurda y en una excusa para lanzarse a la yugular de unos y otros solo porque no opinan lo mismo que esa persona.
Vamos: el fandom tóxico de toda la vida.
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¿Queríais fanatismo tóxico? ¡Vive Dios que tendréis fanatismo tóxico! (Pero como este no os interesará, os faltará tiempo para ponerlo a parir). |
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